viernes, 27 de julio de 2012

Atención a los hábitos que dificultan la paz interior.


Por dejadez o inconsciencia (y movidos por nuestros engaños), a veces nos permitimos reaccionar de maneras negativas (gritar a nuestros hijos o enfadarnos, criticar a los compañeros de trabajo o a nuestra pareja, autocompadecernos, etc.) sin caer en la cuenta de que estamos creando hábitos de comportamiento que se irán repitiendo más y más veces por inercia, no favoreciendo en nada nuestra perseguida alegría y paz interior.

Toma nota y sé consciente cuando estas actitudes aparecen, detente un momento, si puedes, y recuerda tus auténticos objetivos (ser feliz, que las personas que amas y todas aquellas que te rodean sean felices). Échale sentido del humor. Y con el tiempo la vida será más y más fácil, conforme tu mente deje de boicotearte para convertirse en tu aliada.

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