viernes, 17 de mayo de 2013

Reflexión: Descubriendo al EGO




Erase una vez un científico que descubrió el arte de reproducirse a sí mismo tan perfectamente que resultaba imposible distinguir el original de la reproducción.

Un día se enteró de que andaba buscándole el ángel de la Muerte, y entonces hizo doce copias de sí mismo. El ángel no sabía cómo averiguar cuál de los trece ejemplares que tenía ante sí era el científico, de modo que los dejó a todos en paz y regresó al cielo. Pero no por mucho tiempo, porque, como era un experto en la naturaleza humana, se le ocurrió una ingeniosa estratagema…

Regresó de nuevo y dijo: “Debe de ser usted un genio, señor, para haber logrado tan perfectas reproducciones de sí mismo, sin embargo, he descubierto que su obra tiene un defecto, un único y minúsculo defecto”.

El científico pegó un salto y gritó: “¡Imposible! ¿Dónde está el defecto?”.

“Justamente aquí”, respondió el ángel mientras tomaba al científico de entre sus reproducciones y se lo llevaba consigo. 

“Todo lo que hace falta para descubrir al ‘ego’ es una palabra de adulación o de crítica”










Efrén Alec Calderón: Poseemos la capacidad de crear la enfermedad también tenemos el potencial para liberarnos de ella





Lo que más necesita una persona enferma es que la tranquilicen y que después la guíen hacia un proceso de auto-curación.Lo que no necesita en absoluto es asustarse y sentirse condenada por pronósticos sombríos.

Pidamos a nuestra mente consciente que rechace total e inmediatamente cualquier afirmación que haya oído y que no sea totalmente favorable,y la sustituya entonces por lo que pueda contribuir a nuestra felicidad y a nuestro bienestar.Pedir también acoger las almas luminosas para guiarlas en nuestro camino si eso está de acuerdo con nuestro plan evolutivo.Después entregarnos a la Sabiduría divina para dejar que se manifieste la situación ideal.

Enfermarse, sentirse desgraciado o encontrarse en una situación desagradable no es una cuestión de mala suerte ni una casualidad o un castigo divino; no es más que el resultado de sintonizarnos con
determinada frecuencia.Solo hayque cambiar de frecuencia negativa a una positiva para que el malestar, el dolor o la enfermedad desaparezcan,para transformar una situación difícil o para mejorar nuestra relación con los demás.

Las sugestiones mas arraigadas se obtienen a fuerza de repetición; lo mismo ocurre con las frases o expresiones que repetimos con frecuencia.Al tomar conciencia del efecto de las repeticiones optaremos por las que nos son favorables y nos apresuraremos a eliminar las desfavorables. Se sugiere entonces repetir constantemente:


"CADA VEZ ESTOY MEJOR"


En cada momento creamos nuestra realidad mediante los pensamientos que sintonizamos, las palabras que pronunciamos y las elecciones que hacemos. Cuanto más ampliamos el campo de nuestra conciencia, más podemos intervenir para transformar favorablemente nuestro mundo y mejor podemos gobernar nuestra vida.

Ejemplos de palabras que crean nuestros problemas y por tanto debemos anular y en su defecto utilizar otras nuevas: “siempre tengo que contenerme” crea el síntoma de estreñimiento y se debe utilizar a cambio “cada vez soy más yo misma”; “no puedo sentirlo” crea la sinusitis y es preciso utilizar “aprendo a
acogerlo”; “tengo la impresión de estar estancado” crea dolor de pies y utilizar mejor “busco el paso que tengo que dar”; “el agua me engorda” da por síntoma la obesidad y en cambio hay que utilizar “el agua elimina mi exceso de grasa”; y así sucesivamente.

Cuandosequierehuirdeunasituaciónqueconllevaaunaimportantelecciónparanuestraevolución, la enfermedad puede obligarnos a afrontarla.Podemos tratar de huir de nosotros mismos anestesiándonos, desvaneciéndonos, paralizándonos o angustiándonos. Pero huir no es la solución porque aquello que nos
da miedo y de lo que queremos escapar nos persigue constantemente.
Hay que acoger a las emociones y no enfrentarse a ellas o provocarlas: no hacemos que las flores crezcan tirando de ellas. Hay que intentar encontrarla emocióno sentimiento en la cual nos hemos quedado atascados: duda, abandono, desvalorización, etc. o una mezcla de varios de ellos.El ser responsables significa reconocer que somos los creadores de lo que vivimos. Esto supone aceptar y reconocer que nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes o las lecciones que debemos integrar en nuestro camino evolutivo, han dado a lugar a las situaciones felices o desdichadas que hemos encontrado en nuestra vida o que vivimos actualmente.

Cualquier cosa que hayamos vivido, cualquiera que sea la enfermedad que nos afecta o el trágico suceso que hayamos sufrido,lo necesitábamos para asimilar lecciones esenciales para nuestra evolución.

Reconocer que todo es perfecto no significa abdicar, abandonarse o no reaccionar; al contrario, es actuar con responsabilidad en lugar de elegir la vía de la rebelión o de la abdicación.

Con la ley de la responsabilidad ya no hay víctimas ni verdugos.No se puede acusar a los demás de lo que se vive porque hay algo que nos hace reaccionar de esa manera o lleva al otro al tratarnos así.

El otro no es más que un espejo en el que nos miramos.Uno puede rechazar su furia y otro expresarla con violencia: ambos están presos en ella.

Desde nuestra más tierna infancia hemos estado sometidos a diversas influencias; las que más nos han marcado son aquellas que recibimos de las personas en quienes más confiábamos. 

Repetiremos los mismos guiones hasta que alcancemos la suficiente madurez afectiva para dejar de amar como un niño (a) que depende de su mamá (papá).

Revisemos nuestras programaciones. Podemos haber programado “tener más de los demás = Injusto”, y entonces desearemos tener cosas bonitas o tener éxito, pero atraeremos las circunstancias adecuadas para romper nuestras cosas bonitas o sabotear nuestro éxito y nuestras posibilidades.

Una persona puede ser más sensible a determinadas vibraciones que otra, dependiendo de lo que tenga en su memoria emocional o de las lecciones que deba asimilar.


Nuestra realidad se crea en 

nuestro cerebro

El exterior no es más que un vasto océano

vibratorio que se mueve en diferentes frecuencias

ya sean o no perceptibles por nuestros sentidos.

La diferencia fundamental entre la persona que 

gobierna su propia vida y aquella que la padece es

que la primera está al mando de su instrumento,

el cerebro,mientras que quien la padece sigue sus

órdenes.

Para convertirnos en programadores debemos prestar más atención y vigilarlo que dejamos entrar al ordenador a través de los cinco sentidos, pero sobre todo los ojos y los oídos que son los principalesreceptores.

Se trata de pasar del programa automático a la función manual poniendo atención a las frases  hechas o programaciones que llaman. Lo que importa es la imagen que forman las palabras que empleamos.

Para utilizar de manera favorable ese ordenador que es nuestro cerebro permanezcamos atentos a las palabras y expresiones que utilizamos,anulemos las que puedan influirnos negativamente o de manera desfavorable, y apresurémonos a sustituirlas por palabras o expresiones agradables y favorables.

En las enfermedades la causa puede ser de corta duración (falta de sueño, excesiva exposición al sol, sobre esfuerzo físico, etc. y en este caso la autocuración consiste en encontrar una solución para poner remedio a esta causa y ayudar al cuerpo para que se recupere); puede ser intermitente o presentarse de manera o casional (alergias, gripas); puede ser la resultante de un conjunto de emociones acumuladas; puede significar “¿no ves que estoy sufriendo?”; puede ser una excusa para dejar una actividad o un trabajo que ya no se quiere hacer o para expresar un“no”que nos sentimos incapaces de pronunciar por miedo a que no nos quieran o
a que nos rechacen; puede ser una ocasión para huir de una situación en la que no se encuentra ninguna salida; puede ser un medio para llamarla atención de las personas que amamos; puede ser un mecanismo de supervivencia relacionado con un dolor de vivir; puede ser un medio de culpabilizar a la persona la que responsabilizamos de nuestro sufrimiento; puede ser una manera de alimentar un rencor hacia la persona a la que también responsabilizamos de nuestro sufrimiento; puede expresar una renuncia; o puede originarse en una vida anterior.

El dolor de vivir es una enfermedad del alma,un sufrimiento que nos lleva a rechazar la vida, a querer huir de ella o destruirla. 

Está estrechamente relacionada con las carencias afectivas y los traumatismosinfantiles; o ser consecuencia de una acumulación de situaciones que nos hicieron sufrir y nos llevaron a pensar que “la vida no es más que sufrimiento”.

El dolor de vivir arrastra a la persona que sufre, de manera casi inevitable, a situaciones de dependencia afectiva,llevándola a construir su universo alrededor de la persona amada.La autodestrucción puede estarrelacionada con la culpabilidad de vivir y provoca problemas de anorexia,bulimia,una o varias enfermedades degenerativas como  cáncer, Parkinson, lepra, gangrena,etc.

Se pudo, por ejemplo, haber asociado 
“vivir = sufrir”
“abandono = no quiero seguir viviendo”
“estar enferma = me atienden y quieren”

“si estoy enferma = puedo vivir”.Entonces es preciso cambiarlaecuación por cosas como“vivir = expresarme”

“vivir = pedir ayuda”.

El problema frente al dolor de vivir proviene de haber creído que si no éramos queridos, o si no éramos de la manera que hubiéramos deseado. Nadie nos ha abandonado nunca; sólo es cierto que
esas personas no pudieron acogernos como nosotros hubiéramos querido ni nos dieron la atención que hubiéramos deseado,pero somos nosotros los que nos hemos abandonado alrenunciar a nuestro deseo de Los que se olvidan de sí mismos hacen que los demás también se olviden de ellos: es un círculo vicioso.

La curación necesita que se actúe sobre el núcleo de ese dolor de vivir. El sentimiento de culpa puede envenenar nuestras vidas, destruir nuestra salud, nuestras oportunidades de éxito,hacer que suframos pérdidas o que fracasemos e impedirnos ser felices.

El sentimiento de culpabilidad puede crear muchas molestias que nos impiden gozar los buenos momentos que la vida nos ofrece. Por no sentirnos culpables buscaremos, inconscientemente, sufrir y
desarrollar toda una serie de enfermedades; otros lo harán intentando salvar el mundo (juegan a ser salvadores y atraen en consecuencia personas que asumen el papel de víctimas); o a través de mecanismos de privación, es decir, cada vez que se encuentra algo que pueda hacerlos felices, atraen situaciones que destrozan esta felicidad.

Existen principalmente cuatro sentimientos de culpa de los que surgen todos los demás:

1.La culpabilidad por haber hecho sufrir o haber causado la muerte a una persona (relacionado con la pena que se ha creído causar a los padres al elegir cosas que iban en contra de sus aspiraciones
o el pensar que se es culpable de la muerte de alguien) y esta persona se dedicará a sobrevivir porque ha decidido que no tiene derecho a la vida.

2.La culpabilidad por haber decepcionado a un ser querido.

3.La culpabilidad por no haber podido hacer nada para ayudar a otro (por no haber hecho nada, o por no haber actuado en el momento adecuado o no haberse dado cuenta de algo importante).

4.La culpabilidad de haber recibido más que los demás 
Cada vez que tengamos algún contratiempo, un accidente o una pérdida, averigüemos si detrás de todo eso no se esconde un sentimiento de culpabilidad; al igual que con cualquier molestia y afección quenos impida hacer algo que nos gusta o que nos haga feliz.Sólo somos culpables cuando, conscientemente, hemos tenido la intención de hacer daño y hemos pasado a la acción.Confundimos intención y causa.

Nunca somos responsables de lo que les pasa a los demás. Sin embargo, podemos ser la causa desencadenante para que vivan una situación que necesitan para su camino evolutivo. 

Nunca decepcionamos a nadie ni nadie puede decepcionarnos; sólo las expectativas que tenemos pueden hacernos sufrir una decepción.

Cuando nuestras expectativas limitan la libertad de los demás y los asfixian,se alejarán de nosotros para poder respirar y volver a sentirse libres.Una persona vibra con la frecuencia de la culpabilidad, otra con la frecuencia de la alegría de vivir.

No hay frecuencia de culpabilidad que pueda crear situaciones de sufrimiento en otros.

Nunca seguimos a los que pierden, sólo a los que ganan.No esperemos a que los demás se sientan felices para serlo nosotros; son ellos los que necesitan que seamos felices para poder aprender a serlo.

El desapego no equivale a ser indiferentes o no intervenir cuando se dispone de los medios necesarios.

Desapegarse es comprender que el otro vive, aceptar la situación por la que pasa y aceptar su sufrimiento si no quiere ayuda, así como aceptar nuestro sentimiento de impotencia cuando no podamos hacer nada.

El miedo a la enfermedad puede causar tantos o más estragos que la enfermedad propiamente dicha.

El miedo genera retención:todo nuestro cuerpo se contrae tanto por dentro como por fuera.

Todo lo que en alguna vez nos ha dado miedo nos hace reaccionar con frecuencia de manara inapropiada.

La confianza es el mejor antídoto contra el miedo. Hay miedos a los que podremos enfrentarnos, otros que deberemos trabajar y otros con los que debemos tomarnos un tiempo para superarlos.Lo que importa es que escojamos el medio más adecuado para la situación que vivimos.

Otra manera de tomar conciencia de nuestros miedos es estar atentos a todo lo que nos hace dudar o a lo que no nos atrevemos a decir o hacer.
Para superar el miedo también es preciso aceptar que los seres que se cruzan en nuestro camino están ahí para hacernos evolucionar y nosotros estamos ahí para ayudarles en su evolución.

No hay personas malas, sino personas que sufren o son ignorantes. El verdadero amor es querer a quienes nos hacen daño por ignorancia o a causa de su propio sufrimiento. Para ello debemos amarnos y responsabilizarnos de nuestra felicidad, no la de los demás.

El miedo a lo que piensan los demás está relacionado con el miedo a no ser querido o apreciado.

Al estimarnos y respetarnos atraemos amor y respeto.Para superar el miedo a lo que pueda pasar debemos aceptar que cualquiera sea el cambio siempre es para mejorar.

Es la mente la que tiene miedo y la mejor manera de tranquilizarla es encontrar una solución. El miedo a sufrir hace más daño que el propio sufrimiento. Mientras no permitamos que nuestra tristeza, ira
o los sentimientos que nos hacen daño emerjan, seguiremos intentando huir de ellos anestesiándonos en el trabajo, las actividades, el alcohol, la droga o los antidepresivos, pero al mismo tiempo, estaremos continuamente atrayendo situaciones que los hagan resurgir y nos provoquen pánico, mareos, desvanecimientos, arritmia o fobias.

Cualquieremociónda lugar auna reacción que puede exteriorizarse (gritos, llanto, insultos, violencia verbal o física, etc.) o reprimirse.
La ira puede experimentarse por habernos sentido rechazados, ridiculizados, explotados, maltratados, no respetados, denigrados, ignorados, incomprendidos o víctimas de una injusticia. 

Pero no hay que intervenir directamente sobre la emoción de rabia en sí, sino sobre el sentimiento responsable de ésta. Lo que da lugar a las explosiones violentas es la ira que reprimimos,no la que canalizamos.

El mejor remedio contra la ira consiste en respetar nuestras necesidades, poner límites y atrevernos a expresar lo que sentimos,en lugar de escondernos por miedo a no ser queridos.

Lo que criticamos en los demás es una parte de nosotros que no aceptamos. Las críticas sólo son proyecciones para no ver lo que nos duele o no aceptamos de nosotros mismos.

La necesidad de ser amados hace que nos pongamos en manos de los demás,tanto para tener una opinión de nosotros mismos como para obtener lo que necesitamos para ser felices.Una gran cantidad de decepciones y frustraciones provienen también de nuestra incapacidad para darnos lo que necesitamos para ser felices y esperar que los demás lo hagan por nosotros. Al sentirnos llenos nos desapegamos de lo que los demás puedan aportarnos y nuestra vida es plenamente satisfactoria y sentiremos un gran bienestar.

Para no sentirnos inferiores utilizamos muchos mecanismos de compensación y éstos nos han hecho olvidar probablemente nuestros sentimientos de vergüenza,pero la vida se encarga de ponerlos de nuevo en la superficie.

Una de estas maneras es que por evitar revivir la vergüenza que aflora a través de nuestros seres queridos nos volvemos muy controladores con ellos; o por tener miedo a depender de losdemás preferimos vivir solos; o por miedo a una relación profunda donde el otro puede descubrir nuestras fisuras optamos por las relaciones ocasionales.

El miedo a sufrir puede llevarnos a querer tener el control de las situaciones, los estados de ánimo o del entorno.

Para reconstruirla historia de ese malestar o enfermedad que se manifiesta se sugiere: encontrarla descripción del órgano asociado en el simbolismo del cuerpo (los hombros representan nuestra capacidad de llevar y soportar obligaciones; el estómago nuestra capacidad de aceptación; el hígado la adaptación); encontrar el significado de la afección que se tiene (la alergia tiene como posible significado lo que no podemos aceptar, o lo que despierta un recuerdo triste; el cáncer la conmoción emocional intensa; la
fatiga la pérdida o ausencia de motivación; la fibromialgia la agresividad contra uno mismo; los cálculos la acumulación de miedos o pensamientos duros hacia uno mismo o hacia los demás); localizarla afección (si es un órgano en particular,o un conjunto de los mismos o una parte de él); buscar el momento en que aparecen los primeros síntomas teniendo en cuenta el contexto (por la mañana corresponde a nuestro nacimiento o la situación que se vive-, tarde lo acumulado o nos preocupa en relación con lo que puede pasar, en el día lo vivido actualmente con nuestro entorno- o en la noche se refiere lo inconsciente o es negado o reprimido) y si es enfermedad remontarse a los tres meses antes de la aparición de los primeros síntomas y establecer las situaciones emocionales causantes; investigar si este malestar o enfermedad podría estaren resonancia con un acontecimiento similar vivido en el pasado; conocer las ventajas que se obtienen (tomarse el descanso que se necesita,dejar una situación no deseada,ser el centro de atracción); conocerlo que nos impide hacer ese malestar o enfermedad (emprender proyectos,ser autónomo,hablar,oír o actuar);

detectar la actitud mental que puede parecerse ese a malestar o enfermedad (falta de atención, huída, programación, sentimiento de injusticia o vergüenza); investigar más a comprender el referente (ser más flexible, confiar más en uno mismo. adaptarse más a la situación); encontrar la solución o forma de actuar para beneficiarnos (hablar con el único fin de ser curado, realizar el tratamiento a un ritmo soportable, aprender a meditar con profundidad) y,por último,deducir la lección sacada de la afección.

Existe un simbolismo entre el cuerpo y el cuestionamiento adecuado. 

Con el cuestionamiento adecuado seremos capaces de plantearnos las preguntas más apropiadas para desentrañarla causa probablede nuestro malestar o enfermedad. 

El simbolismo del cuerpo nos ayuda a realizarla introspección necesaria a fin de buscar las causas que han dado lugar a las manifestaciones de desequilibrio. 

Es indispensable tener en cuenta el contexto en el que ha surgido el malestar o la enfermedad porque para una misma manifestación puede haber diferentes causas según se trate de una persona u otra.De la misma manera, una causa similar puede manifestarse de diferentes formas de un individuo a otro.

Un síntoma, un dolor o una enfermedad pueden ser consecuencia de un conjunto de factores.

Una historia parecida puede manifestarse de manera diferente en una persona y en otra. Las claves de la salud y el bienestar son: respirar bien (sobre todo de manera profunda para que nos aporte calma,energía, fuerza, seguridad y bienestar); alimentarnos bien (tomar alimentos que suministren todas las sustancias que nuestro organismo necesita); hacer ejercicio (actividad que ejercite los músculos y relaje la mente) y descansar lo necesario; saber descansar (la relajación y el descanso son esenciales para nuestro cuerpo).

Pero por sobre todo debemos hacer cosas que nos aporten alegría y con las que pensamos empleamos bien la vida; prestar atención a nuestras necesidades y a nosotros mismos; dejar que se vayan todas las emociones negativas que podamos encontrar en nuestro interior; cultivar imágenes positivas en nuestra mente; proponernos objetivos entusiastas; descubrir lo que realmente queremos hacer;
encontrar maneras de expresar el amor; amarnos y amar a los
demás; crear relaciones en las que se tenga cabida el juego,
la diversión y el amor; curar todas las relaciones traumáticas
de nuestro pasado, especialmente las tenidas con los padres
y familiares; decidirnos a consagrarnos al bienestar y a la
felicidad; aceptarnos y aceptar todo lo que hay en nuestra
vida como una oportunidad para crecer y progresar; aprender
a sacar lo que se puede de cada experiencia; y avanzar con
sentido del humor.



Fuente:

Efrén Alec Calderón

Psicólogo, Psicoterapeuta, MD Bioenergético y Holístico,

Psiconeuroinmunólogo Ph.D

Historia: Un León Llamado Christian.





La historia comienza en Londres, en los años sesenta. En la sección de animales exóticos de la famosa tienda Harrods, un cachorro de león dormita en una pequeña jaula. Dos jóvenes australianos que usan pantalones Oxford y el pelo largo a la moda, John Rendall y Anthony Bourke, ven por casualidad al pequeño felino africano y deciden comprarlo.

Le ponen el nombre de Christian y lo crían como mascota en su departamento, en Chelsea. Con el tiempo, su “Leon” crece demasiado para seguir habitando en el centro de Londres, así que lo llevan a África.

Un año después de separarse de su querida mascota, Rendall y Bourke viajaron al norte de Kenia, donde Chistian se había adaptado con éxito a la vida salvbaje. Su reencuentro con el león se filmó. Cuatro décadas más tarde, la película se subió a YouTube, donde ha sido vista más de 44 millones de veces. El video dura tres minutos y muestra a Christian encaramado sobre una roca mientras los dos jóvenes se mantienen expectanets a unos 70 metros de distancia. El felino los mira fijamente, y luego se acerca un poco para verlos mejor. De pronto, sus ojos se iluminan en señal de reconocimiento, y la magia se produce: corre hacia los hombres dando gruñidos de emocion y salta a sus brazos abiertos. Envuelve a sus viejos amigos con sus enormes patas, les lame el rostro y les frota el cuello con la nariz. La excena tiene tal fuerza emotiva, que parece sacada de una pelicula de Hollywood; sin embargo, no se trata de un montaje ensayado, sino de un encantador fragmento de una historia muy real. Para muchas personas que han visto el video, lo mas asombroso es que el león no haya atacado a los dos hombres, pero ellos, 40 años despues de esa experiencia, aún tratan de comprender por qué la escena sacude tanto las emociones

Es una historia poco habitual hasta aquí, pero lo que ocurrió después convirtió a Christian en una sensación de la cultura popular del siglo XXI.



REFLEXIÓN: La sabiduría del león.



Cuenta una historia que en una ocasión el León, el Rey de la selva, estaba muy angustiado por la cantidad de cazadores que perseguían a los animales. 

El León decidió reunir un ejército para defenderse de éstos.

Buscando, al primero que encontró fue a un enorme y pesado Elefante. Buenos días, majestad, saludó el elefante.

Buenos días querido Elefante. ¿Quieres formar parte de mi ejército?, le preguntó el león. Por supuesto majestad, respondió rápidamente el elefante.

Entonces el león añadió: Tú serás nuestra gran defensa, ya que eres grande y fuerte, irás siempre por delante.

Así continuaron los dos a la búsqueda de nuevos aliados. Al poco se encontraron con el Lobo, que saludó respetuosamente: Buenos días majestad.

Muy buenos días señor Lobo, estoy preparando un ejército para defendernos de los cazadores. ¿Querrás venir con nosotros? El elefante miró al león y le preguntó:

¿De qué nos va a servir un animal tan pequeño, comparado conmigo? ...El rey de la selva, haciendo caso omiso del comentario se dirigió de nuevo al lobo y le dijo:

Tú podrás ser uno de los más feroces soldados.

El lobo aceptó sin duda alguna y los tres continuaron la marcha a la búsqueda de más soldados. De repente se encontraron con un Mono chillón y el león le formuló la misma pregunta para que formara parte de su ejército. ¿Para qué quieres a éste en nuestro ejército? no sirve para nada... comentó el lobo... Siempre será bueno distraer al enemigo, y nadie lo hará mejor que él, zanjo el león.

De allí continuaron los cuatro el camino, mientras el león comenzaba a ver cómo se iba formando su ejército. 

De pronto aparecieron en su paso una atemorizada Liebre y un pobre Burro que apenas podía caminar. El león se dirigió a ellos ante la incredulidad del elefante y el lobo (...) ¿los vas a reclutar, majestad?, preguntaron al unísono.
Claro que sí rugió el león. Pero... ¿para qué? preguntó el lobo... ¿no te das cuenta que la liebre es un animal siempre atemorizado, que siempre escapa a todo correr y que este pobre burro está tan tullido que no puede ni con su peso? Estos no nos van a ayudar en nada.
Ante su asombro, el león los reclutó. 

Pasaron muchas jornadas cuando finalmente llegó el día de la batalla. 

El Burro, sentado en un punto avanzado rebuznó bien fuerte y avisó a todos de la proximidad del enemigo. La Liebre, aprovechando su velocidad, corría llevando mensajes de uno a otro. El Mono chillón distraía a los cazadores saltando de árbol en árbol gritando como solo sabía hacerlo él. Mientras tanto, el Elefante aparecía
con su trompa, rebufando hacia todos lados; detrás de él, por un lado apareció el Lobo con la espalda electrizante y enseñando los colmillos. Por el otro lado el León hizo su aparición estelar rugiendo y zarandeando su magnífica melena.

El resultado fue evidente: los cazadores huyeron tirando las armas y jurando no volver más a la selva. El león fue un verdadero líder, ya que consiguió trabajar con las fortalezas de los miembros de su equipo, aun cuando los demás veían claramente sus debilidades. 

El elefante veía muy pequeño al lobo. 

El elefante y el lobo no veían utilidad alguna en el mono y aun menos en la liebre y el burro.

Si consiguiéramos concentrarnos más a menudo en las cualidades y no en los defectos de aquellos que nos rodean, bien seguro que nuestra vida seria más agradable. 


Fuente:



Fundación Universitaria Luis Amigó
Medellín - Colombia.