sábado, 19 de marzo de 2011

AGENTES NEUROQUIMICOS DEL AUTISMO

Son muchos los estudios que informan la incidencia de un agente neuroquímico u otro en el autismo, los cuales son verificados en unos cuantos pacientes, pero que realmente no se puede generalizar o decir que es algo establecido, este trastorno es aún un enigma sin resolver, en el que intervienen tantos factores químicos, que no se sabe con exactitud cuales están presentes en todos los autistas, o varían de un paciente a otro.
Serotonina: Es un importantísimo estabilizador de la actividad cerebral. Interviene en
diversas funciones como neurotransmisor del sistema nervioso central, influyendo en
funciones cerebrales como sueño, función cognoscitiva, percepción sensorial, actividad
motora, regulación de la temperatura, nocicepción, apetito, conducta sexual y secreción de hormonas (biopsicologia.net). Entre los primeros estudios neuroquímicos realizados que relacionaban la serotonina con los síntomas del autismo, se encuentra el de Schain y Freedman (citado en Navarro, 2000), que observaron una alta concentración de serotonina en gran parte de los autistas examinados (26%), lo cual lo implicaría como un químico de gran peso causante de los cambios de comportamiento del Autista.
Monoaminas: Constituyen el grupo principal de neurotransmisores del sistema nervioso. La característica diferencial de estas sustancias es la presencia de un grupo amino, por lo que se denominan monoaminas. Proceden de aminoácidos precursores y forman dos grupos: las catecolaminas derivadas de la fenilalanina, y las indolaminas, que derivan del triptófano. Las catecolaminas incluyen la dopamina, la noradrenalina y la adrenalina; mientras que en las indolaminas es la serotonina su neurotransmisor (biopsicologia.net).
Barthelemy et al (citados en Navarro, 2000) analizaron los niveles urinarios de catecolaminas en un grupo de autistas, y descubrieron que éstos presentaban bajos niveles urinarios de dopamina y niveles altos de noradrenalina, que producirían conductas demasiado pasivas, como se observa constantemente en los niños autistas.
Neuropéptidos: Deben considerarse como posibles neurotransmisores de diversas regiones del SNC. Presentan algunas características que los diferencian de los neurotransmisores clásicos, entre ellas destaca que se encuentran en una concentración mucho más pequeña pero tienen acciones más potentes. El péptido es una molécula relativamente grande, lo que conlleva situaciones no tan fáciles de regular como las de un neurotransmisor clásico, es decir, una molécula sencilla (biopsicologia.net).
Tordjman et al (citados en Navarro, 2000), conjeturan que la hiperfunción del sistema opioide endógeno podría estar implicada en gran parte de los síntomas del autismo infantil, los cuales son explicados por Gillberg (citado en navarro, 2000), como una reducción de la socialización e indiferencia social, conductas estereotipadas y repetitivas, reducción de sensibilidad al dolor, episodios de hipoactividad, labilidad afectiva y aumento de la actividad convulsiva. Estos síntomas son muy característicos en los autistas y son una parte fundamental para el diagnostico diferencial

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