domingo, 13 de marzo de 2011

Nicholas K. Roerich (1874-1947)

Nació en la ciudad de San Petersburgo el 9 de octubre de 1874. Artista, arqueólogo, explorador,
filósofo y humanista, cuya gran contribución al mundo de la cultura y al arte con sus más de seis mil
pinturas y sus escritos, comprende un invaluable y único florecimiento de la humanidad. Creció en un
medio ambiente en el cual la intelectualidad y el arte florecían. En su niñez, su talento para la pintura y
para la escultura se hizo evidente. Al empezar sus estudios preparatorios, fue adelantado y se le permitió
entrar en la facultad de leyes y a la escuela de artes a la vez. En su juventud Nicholas viajó por toda Rusia con
el propósito de exhibir sus pinturas y aprender sobre las culturas locales. Durante sus viajes, mantuvo
diarios a los cuales llamaba “pinturas en palabras”. Cuando llegó a América tuvo exhibiciones en Chicago y
New York, luego trasladándose a China, donde pinto escenas locales, escribió sobre sus viajes y amontonó
información sobre arte, las lenguas chinas y medicina herbal. Como escritor, poeta y filósofo, Nicholas
Roerich fue reconocido con el poco común título de “Científico Cultural”, estableció un instituto de
investigación en Valle Kulu, el cual dedicó a la botánica, la lingüística y al arte étnico y arqueología. Este
instituto existe aún, y cumple sus funciones en el campo de las culturas étnicas.
Nicholas Roerich no se adhería a ninguna filosofía o religión establecida. Su profundo sentido de
la espiritualidad incorporaba elementos budistas, hinduistas, así como los de la iglesia ortodoxa rusa, la
teosofía, las antiguas escrituras del agni yoga, (yoga en acción), y la evolución espiritual. Durante toda su
vida no solamente aprendió sobre otras culturas, sino que trabajo arduamente para resaltar la belleza de
diversas culturas por medio de sus escritos, sus pinturas, y sus discursos.
La idea de salvaguardar la cultura era el foco de la vida de Nicholas Roerich. No sólo se dedicó a la
protección física de la cultura, sino a la propagación de esta como una forma de integrar la unidad
humana. Con anterioridad a la Revolución Rusa, Roerich abordó al zar Nicholas II con la idea de proteger
los tesoros culturales de la nación rusa en caso de que el saqueo y la devastación pudieran ocurrir durante
un conflicto armado.
Propagó su ideal de la Paz y la hermandad internacional. Su dedicada labor hacia estos fines, tomo
forma en la creación del Pacto de Paz de Roerich y el símbolo de protección cultural conocido como la
Bandera de la Paz. Años antes de la segunda guerra mundial, hubo discusiones a nivel mundial basadas en
la idea de proteger la cultura. Roerich persistió, y en 1935 las naciones de América del Norte y del Sur, así
como la India y las naciones Bálticas aceptaron oficialmente el Pacto de Roerich, y el uso de la Bandera de
La Paz.
Cuando Nicholas Roerich murió en 1947, nos dejó un legado de 7.000 pinturas que representan
al mundo en todo su misterio e intensa belleza, pero además nos dejó un símbolo de Paz y la propuesta de
un mundo unido por medio del entendimiento cultural.
Una reseña de la historia del Pacto Roerich y la Bandera de la Paz, muestra los
siguientes hitos importantes:
- Fue concebida por el Profesor Nicolás Roerich, quien en 1904 la propone a la Sociedad de
Arquitectos de Rusia. - En 1914, la presenta durante la guerra al Tzar Nicolás II y al Gran Duque Nicolás.
Ambos la recibieron con gran interés, pero la propuesta fue postergada debido a la guerra. - En 1929, en
New York, el proyecto fue formalmente promulgado de acuerdo a los códigos de derecho internacional,
cuyo texto fue delineado por el Dr. George Chklaver, Doctor en Derecho Internacional y Ciencias Políticas,
de la Universidad de París. En ese mismo año, se fundó en New York el ‘Comité de la Bandera de la Paz’,
cuyos principios fueron publicados por la prensa y Nicolás Roerich fue nominado para el Premio Nobel de
la Paz. - En 1930, se fundaron en París y Brujas sendos ‘Comités de la Bandera de la Paz’, este último bajo el
nombre de ‘Unión Internacional por el Pacto Roerich’.
En la apertura de un nuevo Comité por la Bandera de la Paz’ Nicholas Roerich expresó bellamente los
ideales del Pacto en las siguientes palabras:
“El mundo está esforzándose hacia la Paz en muchas formas, y cada uno sabe en su corazón que este
trabajo constructivo es una verdadera profecía de la Nueva Era. Por supuesto que las discusiones sobre la
calidad comparativa de varios tipos de tanques o sobre lo aconsejable de reemplazar las armas de dos naves
de guerra por una nueva nave más moderna, no contribuye armoniosamente con las ideas constructivas
de la Paz. Tengamos la esperanza de que aún estas discusiones son pasos preliminares hacia el mismo gran
concepto de paz que tendrá lugar gracias al amansamiento de los instintos beligerantes de las naciones,
por las grandes creaciones del espíritu. Entre tanto, continúa siendo un hecho que unas pocas armas
pueden destruir los más grandes tesoros del arte y de la ciencia, tan extensamente como aquellas de una
flota entera. Deploramos la pérdida de las bibliotecas de Louvain y Oviedo y la irremplazable belleza de la
Catedral de Rheims. Recordamos los bellos tesoros de colecciones privadas que se perdieron durante las
calamidades mundiales. Pero no queremos inscribir en esos actos palabras de odio. Digamos
simplemente: ‘destruidos por la ignorancia humana, reconstruidos por la esperanza humana’.
Sin embargo, errores de una forma u otra pueden ocurrir nuevamente, y por tanto, otros valiosos logros de
la humanidad permanecen en constante peligro de ser destruidos. Debemos tomar precauciones y
medidas en forma inmediata para prevenir tales errores de la ignorancia. Por lo tanto, protejamos como
sagrados los tesoros creativos de la humanidad. En primer lugar, acordemos que, como la Cruz Roja, la
Bandera pueda significativamente invocar la conciencia de los hombres para proteger lo que en esencia no
pertenece sólo a una nación sino al mundo entero y constituye el verdadero motivo de orgullo de la raza
humana.”
- En el otoño de 1931, se realizó en la ciudad de Brujas, Bélgica, la primera Conferencia
Internacional, que mostró un gran interés de muchos gobiernos.
- En 1932, otra entusiasta Conferencia Mundial tuvo lugar en la misma ciudad. Miles de
opiniones de apoyo llegaron de instituciones y personalidades científicas, artísticas, culturales, educativas
y religiosas de todo el mundo. En honor a la verdad, ninguno de los grandes hombres de estado dudaron en
manifestar su aprobación a la iniciativa, inclusive las grandes autoridades militares del momento, tales
de acuerdo con el pacto. La Sra. William Sporborg, presidente de la Federación de Clubes de Mujeres de
New York, representando a medio millón de miembros expresó: “Vamos a apoyar con todo nuestro espíritu
y pondremos toda nuestra influencia a este movimiento. Quiero que sepan que nosotras apoyamos
firmemente vuestra organización.”
- El primer volumen de declaraciones y cartas recibidas fue publicado en Paris y New York en
1931 bajo el título ‘El Pacto Roerich y la Bandera de la Paz’. Durante el año siguiente, se fundó en Brujas la
‘Fundacion Roerich por la Paz, Arte, Ciencia y Trabajo’, inaugurada luego de las sesiones de la ‘Segunda
Conferencia Internacional’ llevada a cabo en esa ciudad.
- El año siguiente, 1933, se celebró la ‘Tercera Convención del Pacto y Bandera de la Paz’, el 17 y
18 de noviembre en el ‘Hotel Mayflower’ en Washington D.C., al que asistieron representantes de 35 países.
Esta convención firmó en forma unánime una resolución por la cual se recomendaba a todos los gobiernos
del mundo, la adopción de esta medida humanitaria, en forma unilateral por proclamación de su poder
ejecutivo o bien mediante acuerdos bilaterales a través de tratados o acuerdos internacionales, o por
acciones multilaterales tales como conferencias internacionales. - Apenas un mes más tarde, la ‘Séptima
Conferencia de la Unión Panamericana’ en Montevideo, Uruguay declaró en forma unánime la resolución
de aceptar la iniciativa, urgiendo a los participantes – los 21 gobiernos de las tres Américas - a firmar el
Pacto y por lo tanto, aplicar estos grandes principios de vida. La Convención de Washington por el Pacto
Roerich y la Bandera de la Paz, también designó un Comité para la Promoción de la Adopción del Pacto
Roerich y la Bandera de la Paz. Este organismo negoció con todos los gobiernos, organizaciones e
individuos interesados en promover la adopción del pacto y recibía sus expresiones formales de adhesión.
Las conclusiones de la convención de Washington han sido publicadas en New York.
- El Comité por el Pacto, fue inaugurado en París. La ‘Unión Internacional por el Pacto Roerich’ en
Brujas eligió a Camille Tulpinck como su presidente y al Profesor M. Adatci, ex presidente de la Corte
Internacional de La Haya como su protector.
- El año 1934 vió el establecimiento del Comité por el Pacto y Bandera de la Paz en Harbin,
Manchuria. Un comité similar fue inaugurado en Bruselas teniendo a M.E. de Munck como presidente y al
abogado M. Hendricks, como Secretario General. También se unieron al comité, por invitación del Conde
C. De Wiatt, ministro, los gobernadores de Luxemburgo y Flanders Occidental, un miembro de la cámara
de diputados, y un miembro de la corte de cancelación. Varios países de Europa informaron al comité de
París que sus respectivos gobiernos tenían el pacto en consideración. Este comité también escribió al
Consejo Supremo de Rusia solicitando al cuerpo legislativo la consideración de la adopción del pacto.
- En cuanto a Estados Unidos de América, el presidente Franklin D. Roosevelt, el 11 de agosto de 1934
oficialmente otorgó poderes plenipotenciarios al Secretario de Agricultura Henry A. Wallace, para firmar un
tratado inter-americano sobre el Pacto Roerich. En el Día Panamericano, al mediodía del 15 de Abril de
1935, en la oficina del Presidente Roosevelt en la casa Blanca, los representantes oficiales de Estados
Unidos y de los 20 países Latino Americanos, miembros de la Unión Pan-Americana: Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Republica Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Uruguay, Perú y Venezuela; firmaron el tratado del Pacto
Roerich.
- La prensa americana le otorgó gran importancia a la firma de este tratado de unidad y
entendimiento cultural, que no sólo había unido a toda América del Norte y del Sur, sino que se esperaba
uniera también a todas las naciones del mundo. Todos los periódicos líderes publicaron notas sobre el
evento, con algunos pasajes de los discursos del Presidente y de los representantes y diplomáticos de los
gobiernos extranjeros. Periódicos de todo el mundo publicaron informaciones sobre este hecho histórico.
- La firma de este tratado fue una ocasión solemne. El Presidente había invitado a su oficina,
además de los representantes de los 20 países de América, al Secretario de Estado, Cordell Hull, al
Secretario de Agricultura, Henry A. Wallace; a los Directores de la Unión Pan-Americana, Dr. L.S. Rowe y el
Dr. E. Gil Borges y a los directivos del Museo Roerich, miembros del Comité por el Pacto Roerich.
- Al finalizar la firma del tratado, el presidente Franklin D. Roosvelt, difundió el siguiente mensaje
para difusión internacional:
“Es altamente apropiado que en este día, designado como el Día Panamericano por los Jefes de Estado de
todas las repúblicas del continente americano, los Gobiernos, miembros de la Unión Pan-Americana,
firmen un tratado que marca un paso de avanzada en la preservación de los logros culturales de las
naciones de este hemisferio. Invitamos a las naciones del mundo a adherir a este Pacto, y haciéndolo
estamos intentando que sean de aplicación universal uno de los principios más vitales para la preservación
de la civilización moderna. Este tratado posee una significación espiritual mucho mas profunda que el
texto en sí mismo. ......”.
- El Secretario de Agricultura, Henry A. Wallace, hizo la siguiente declaración a la prensa, quien
luego de revisar la historia del pacto concluyó:
“No ha habido un tiempo en que un ideal haya sido más necesario. Mientras las naciones están tratando de
solucionar sus problemas económicos y nacionales individuales, es también necesario que ellos
reconozcan sus responsabilidades como parte de una comunidad de naciones. Creo que ha llegado el
tiempo de que los idealistas, que crean la realidad del mañana, adhieran a este símbolo de unidad cultural
internacional. Es hora de que apelemos a la apreciación de la belleza, la ciencia y la educación, ya que ellas
están más allá de todos los límites nacionales para fortalecer todo aquello que apreciamos en nuestros
gobiernos y costumbres particulares. Es por esta razón que considero un paso tan importante a la
ratificación del Pacto Roerich. Su aceptación significa el acercamiento de un tiempo en el que, aquellos que
verdaderamente aman a su nación, apreciarán adicionalmente la contribución única de otras naciones y
también reverenciarán a esa aventura espiritual en común, que une en una hermandad a todos los
artistas, científicos, educadores y a la verdadera religión –de cualquier fe-. Creo que el Pacto Roerich está
en conformidad con las leyes más profundas y sagradas del universo, y que se ha vuelto una realidad
internacional en un momento especialmente propicio”.
- En diversas partes del mundo, personalidades de la Cultura, las Ciencias, las Artes, la Política,
los Gobiernos y otras Instituciones, expresaron su apoyo a los principios inherentes al Pacto y la Bandera de
la Paz. Entre ellos, el representante de la entonces ‘Liga de Naciones’ precursora de las Naciones Unidas,
expresó: “En la realización de este glorioso ideal, es necesario contar con la cooperación de la inteligencia
del mundo, para organizar una fuerte opinión pública a favor de la preservación de los tesoros artísticos y
culturales de cada país, para que la humanidad pueda tener un registro continuo de sus logros. Para este
fin, es deseable que todos los gobiernos del mundo ratifiquen el Pacto Roerich, garantizando esta
preservación, y tratando a estos tesoros como la herencia no de una nación en particular, sino de toda la
humanidad, y como tal, estar protegida de los destrozos de la guerra”.
- En 1937, el Congreso de las Sociedades Bálticas Roerich, reunida en Riga, Latvia, instituyó la
creación de Comités por la Bandera de la Paz en todos los estados bálticos.
- Las nubes de la guerra comenzaron a oscurecer el horizonte. La segunda guerra mundial estaba
cerca. En una carta al Prof. Roerich, Rabindranath Tagoré escribió:
“He seguido con entusiasmo su gran trabajo humanitario por el bien de las naciones, de lo cual su Pacto de
Paz con una especial Bandera para la protección de los tesoros culturales es un símbolo singularmente
efectivo. El problema de la paz es hoy la más seria preocupación. Las desagradables manifestaciones de
desnudo militarismo en todas partes presagian un oscuro futuro. No podemos más que tener la esperanza
de que el mundo pueda emerger más claro de este baño de sangre. No podemos abandonar nuestros
esfuerzos, porque eso, sólo aceleraría el fin”.
- Durante los años de pre-guerra, preocupados amigos del pacto, continuaron sus esfuerzos.
Repetidamente hasta el estallido de la guerra, muchos periódicos y revistas llevaron el mensaje del Prof.
Roerich, con su llamamiento a la humanidad para que impidiera la destrucción.
- El segundo día de la segunda guerra mundial, la prensa publicó su mensaje:

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