La historia comienza en Londres, en los años sesenta. En la sección de animales exóticos de la famosa tienda Harrods, un cachorro de león dormita en una pequeña jaula. Dos jóvenes australianos que usan pantalones Oxford y el pelo largo a la moda, John Rendall y Anthony Bourke, ven por casualidad al pequeño felino africano y deciden comprarlo.
Le ponen el nombre de Christian y lo crían como mascota en su departamento, en Chelsea. Con el tiempo, su “Leon” crece demasiado para seguir habitando en el centro de Londres, así que lo llevan a África.
Un año después de separarse de su querida mascota, Rendall y Bourke viajaron al norte de Kenia, donde Chistian se había adaptado con éxito a la vida salvbaje. Su reencuentro con el león se filmó. Cuatro décadas más tarde, la película se subió a YouTube, donde ha sido vista más de 44 millones de veces. El video dura tres minutos y muestra a Christian encaramado sobre una roca mientras los dos jóvenes se mantienen expectanets a unos 70 metros de distancia. El felino los mira fijamente, y luego se acerca un poco para verlos mejor. De pronto, sus ojos se iluminan en señal de reconocimiento, y la magia se produce: corre hacia los hombres dando gruñidos de emocion y salta a sus brazos abiertos. Envuelve a sus viejos amigos con sus enormes patas, les lame el rostro y les frota el cuello con la nariz. La excena tiene tal fuerza emotiva, que parece sacada de una pelicula de Hollywood; sin embargo, no se trata de un montaje ensayado, sino de un encantador fragmento de una historia muy real. Para muchas personas que han visto el video, lo mas asombroso es que el león no haya atacado a los dos hombres, pero ellos, 40 años despues de esa experiencia, aún tratan de comprender por qué la escena sacude tanto las emociones
Es una historia poco habitual hasta aquí, pero lo que ocurrió después convirtió a Christian en una sensación de la cultura popular del siglo XXI.
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