PALABRAS DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA
EL PESO DEL AMOR
"En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo.
Este amor debe resultar del sacrificio de sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño."
UNA GOTA EN EL OCEANO
"Sé bien y lo saben cada una de mis hermanas,
que lo que realizamos es menos que una gota en el océano.
Pero si la gota le faltase, el océano carecería de algo."
LA LOGICA DEL AMOR
"Cuanto menos poseemos, más podemos dar.
Parece imposible, pero no lo es.
Esa es la lógica del amor."
FAMILIAS FELICES
La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias.
Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro precisamos que toda familia viva feliz."
EL AMOR AUTENTICO TIENE QUE DOLER
"No basta con que digamos: Yo amo a Dios pero no amo a mi prójimo . San Juan dice que somos mentirosos si afirmamos que amamos a Dios y no amamos a nuestro prójimo. Es muy importante para nosotros darse cuenta de que el amor para que sea auténtico tiene que doler."
Madre Teresa, M.C., Discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz 1979
LA MAYOR ENFERMEDAD
"La mayor enfermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino mas bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad."
SOBRE EL ABORTO
"Para mi, las naciones que han legalizado el aborto son las mas pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir"-Madre Teresa, M.C. En Nueva York, en 1995 propuso: "Si conoces a alguien que no quiere al niño, que le tiene miedo al niño, díganle que me lo de a mi."
UNA SONRISA
Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
conserva nuestro buen humor,
guarda nuestra alma en paz,
vigoriza la salud,
embellece nuestro rostro
e inspira buenas obras.
Sonriamos a los rostros tristes,
tímidos, enfermos, conocidos,
familiares y amigos.
Sonriámosle a Dios con la aceptación
de todo lo que El nos envié y
tendremos el merito de poseer
la mirada radiante de su rostro
con su amor por toda la eternidad.
Las palabras de Cristo son muy claras,
pero debemos entenderlas como una
realidad viviente, tal como El las propuso.
Cuando El habla de hambre,
no habla solamente del hambre de pan,
sino hambre de amor, hambre de ser
comprendido, de ser querido.
El experimentó lo que es ser rechazado porque
vino entre los suyos y los suyos no lo quisieron.
Y El conoció lo que es estar solo,
abandonado, y no tener a nadie suyo.
Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas en todo el mundo destruyendo
hogares y naciones, habla de no tener hogar, no solamente un cuarto con
techo, pero el anhelo de ser aceptado, de ser tratado con compasión, y que
alguien abra nuestro corazón para recibir al que se sienta abandonado.
-Madre Teresa, M.C.
Psicólogo Social, Psicoterapeuta, Cocinero, Investigo la ciencia y mística de todo ser vivo, Realizando #RSE.
viernes, 25 de marzo de 2011
Madre Teresa de Calcuta
La fuerza de la acción
La madre Teresa de Calcuta, llamada Agnes Gonscha Boyaxhiu, nació en Skopje (Yugoslavia), en 1910, en una familia de la pequeña burguesía. En 1928, a los 18 años, dejó su casa para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux).
Llegó a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la escuela para chicas St. Mary. Allí permaneció 20 años, pero luego decidió abandonar el colegio para dedicarse a los pobres.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió un llamado de Jesús, en el que le pidió a ésta que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres. Pasaron casi dos años hasta que la Madre Teresa recibió el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco bordado de azul e inició su misión.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de la India. Asimismo, abrió una casa en Venezuela, a la cual le siguieron fundaciones en Roma, Tanzania y en otros países. Comenzó en 1980 y continuó durante la década del ´90, la abertura de casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para poder cubrir de una mejor manera las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó "Hermanos Misioneros de la Caridad" en 1963, en 1976 la "rama contemplativa" de las Hermanas, en 1979 los "Hermanos Contemplativos" y en 1984 los "Padres Misioneros de la Caridad".
Asimismo creó los "Colaboradores de Madre Teresa" y los "Colaboradores Enfermos y Sufrientes". En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el "Movimiento Sacerdotal Corpus Christi" para aquellos que querían compartir su carisma y espíritu.
Durante estos años la Madre Teresa comenzó a ser conocida en el mundo. Empezó a recibir numerosos premios, como el Premio Indio Padmashri en 1962 y, quizás el más importante, el Premio Nobel de la Paz en 1979. Fue así como la obra que ella inició despertó un enorme interés en todos los medios de comunicación del mundo.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de sus graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto, ayudando a los pobres y respondiendo a las necesidades de la Iglesia. Murió el 5 de septiembre de 1997. Su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad, y su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración, tanto para ricos como para pobres.
Para ese entonces las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido 610 fundaciones en 123 países del mundo. Toda una lucha que valió la pena.
Su mensaje
La madre Teresa de Calcuta representa uno de los exponentes humanísticos más elevados de estos tiempos, y ha dejado varias enseñanzas que recorrieron el mundo de la boca de esta gran maestra de la solidaridad. Por ejemplo aquí va una, quizás la más famosa.
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es una belleza, admírala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es una aventura, atrévete.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.
La vida es suerte, búscala.
La vida es demasiado preciosa, no la destruyas.
La madre Teresa de Calcuta, llamada Agnes Gonscha Boyaxhiu, nació en Skopje (Yugoslavia), en 1910, en una familia de la pequeña burguesía. En 1928, a los 18 años, dejó su casa para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux).
Llegó a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la escuela para chicas St. Mary. Allí permaneció 20 años, pero luego decidió abandonar el colegio para dedicarse a los pobres.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió un llamado de Jesús, en el que le pidió a ésta que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres. Pasaron casi dos años hasta que la Madre Teresa recibió el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco bordado de azul e inició su misión.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de la India. Asimismo, abrió una casa en Venezuela, a la cual le siguieron fundaciones en Roma, Tanzania y en otros países. Comenzó en 1980 y continuó durante la década del ´90, la abertura de casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para poder cubrir de una mejor manera las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó "Hermanos Misioneros de la Caridad" en 1963, en 1976 la "rama contemplativa" de las Hermanas, en 1979 los "Hermanos Contemplativos" y en 1984 los "Padres Misioneros de la Caridad".
Asimismo creó los "Colaboradores de Madre Teresa" y los "Colaboradores Enfermos y Sufrientes". En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el "Movimiento Sacerdotal Corpus Christi" para aquellos que querían compartir su carisma y espíritu.
Durante estos años la Madre Teresa comenzó a ser conocida en el mundo. Empezó a recibir numerosos premios, como el Premio Indio Padmashri en 1962 y, quizás el más importante, el Premio Nobel de la Paz en 1979. Fue así como la obra que ella inició despertó un enorme interés en todos los medios de comunicación del mundo.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de sus graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto, ayudando a los pobres y respondiendo a las necesidades de la Iglesia. Murió el 5 de septiembre de 1997. Su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad, y su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración, tanto para ricos como para pobres.
Para ese entonces las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido 610 fundaciones en 123 países del mundo. Toda una lucha que valió la pena.
Su mensaje
La madre Teresa de Calcuta representa uno de los exponentes humanísticos más elevados de estos tiempos, y ha dejado varias enseñanzas que recorrieron el mundo de la boca de esta gran maestra de la solidaridad. Por ejemplo aquí va una, quizás la más famosa.
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es una belleza, admírala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es una aventura, atrévete.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.
La vida es suerte, búscala.
La vida es demasiado preciosa, no la destruyas.
La asombrosa historia del Panyee tailandés (con vídeo)
Historia del TMB Panyee FC (con subtítulos en español)
Un deporte, el fútbol. Un lugar, un poblado en el sur de Tailandia. Y un motivo, el sueño de unos niños de llegar a ser campeones del mundo. Son los ingredientes de una historia digna de una película.
El Panyee FC es un modesto club de fútbol tailandés. No cuenta con un equipo en la primera división de su país, ni siquiera tiene plantilla profesional, pero su sorprendente historia, que ha salido al a luz gracias al anuncio del banco tailandés TMB, merece ser contada.
Todo empezó en 1986 en Koh Panyee, una aldea flotante de pescadores en el sudoeste del país en la que nunca había existido un campo de fútbol ni nada que se le pareciera, pero en el que sus niños eran grandes aficionados al deporte rey. Una afición que creció más aún con la celebración del Mundial de México, tanto que decidieron construir un campo para jugar a su gran pasión, que nunca habían podido practicar.
Tenían un gran problema, y es que su aldea flotaba sobre el mar, y no es que el espacio fuera una de las características del lugar. De modo que ante las burlas de los vecinos, decidieron construir un campo flotante en su tiempo libre. Una vez realizado y después de mucho practicar decidieron apuntarse a un torneo, aun temiendo no ser lo suficientemente buenos, ya que nunca habían jugado contra nadie fuera del poblado.
En esa primera aventura lejos de su aislada aldea llegaron a semifinales. En la disputa de ese encuentro, bajo una copiosa lluvia, llegaron al descanso con una desventaja de dos tantos, hasta que decidieron jugar como lo hacían en casa. Descalzos sobre un suelo empapado de agua. Entonces la cosa mejoró, pero no lo suficiente como para alcanzar la final. No hacía falta. En su pueblo ya eran héroes por todo lo que habían sido capaces de hacer unos simples niños. Una auténtica historia de superación, fortaleza y convicción. Una de esas que a veces nos deja el deporte y que merecen ser contadas.
Un deporte, el fútbol. Un lugar, un poblado en el sur de Tailandia. Y un motivo, el sueño de unos niños de llegar a ser campeones del mundo. Son los ingredientes de una historia digna de una película.
El Panyee FC es un modesto club de fútbol tailandés. No cuenta con un equipo en la primera división de su país, ni siquiera tiene plantilla profesional, pero su sorprendente historia, que ha salido al a luz gracias al anuncio del banco tailandés TMB, merece ser contada.
Todo empezó en 1986 en Koh Panyee, una aldea flotante de pescadores en el sudoeste del país en la que nunca había existido un campo de fútbol ni nada que se le pareciera, pero en el que sus niños eran grandes aficionados al deporte rey. Una afición que creció más aún con la celebración del Mundial de México, tanto que decidieron construir un campo para jugar a su gran pasión, que nunca habían podido practicar.
Tenían un gran problema, y es que su aldea flotaba sobre el mar, y no es que el espacio fuera una de las características del lugar. De modo que ante las burlas de los vecinos, decidieron construir un campo flotante en su tiempo libre. Una vez realizado y después de mucho practicar decidieron apuntarse a un torneo, aun temiendo no ser lo suficientemente buenos, ya que nunca habían jugado contra nadie fuera del poblado.
En esa primera aventura lejos de su aislada aldea llegaron a semifinales. En la disputa de ese encuentro, bajo una copiosa lluvia, llegaron al descanso con una desventaja de dos tantos, hasta que decidieron jugar como lo hacían en casa. Descalzos sobre un suelo empapado de agua. Entonces la cosa mejoró, pero no lo suficiente como para alcanzar la final. No hacía falta. En su pueblo ya eran héroes por todo lo que habían sido capaces de hacer unos simples niños. Una auténtica historia de superación, fortaleza y convicción. Una de esas que a veces nos deja el deporte y que merecen ser contadas.
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