Morihei Ueshiba (1883-1969)
Desarrollo El Aikido.
La característica fundamental del Aikido es la búsqueda de la armonización/ neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin dañarlo; propiciando la educación del instinto propio, la auto-reflexión y la evolución del oponente. En lugar de "simplemente" destruirle o humillarle; buscando a su vez el propio crecimiento personal. Formándonos como personas valiosas para la sociedad y promotores de la paz.
Desde tiempos antiguos, el valor y el conocimiento han sido los dos pilares del Sendero: a través de la virtud del entrenamiento, ilumina tu cuerpo y tu espíritu.
Cuando se adelanta un oponente, enfréntalo y salúdalo; si intenta retroceder, déjalo seguir su camino.
Tu espíritu es el verdadero escudo
El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas:
1) La radiante espada de la pacificación;
2) El espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría;
3) La piedra preciosa de la iluminación.
Mantén siempre tu mente luminosa y clara como el cielo amplio, como el gran océano y el pico más alto, vacía de todo pensamiento. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor.
Llénate con el poder de la sabiduría y de la iluminación.
Agradece siempre, incluso las derrotas, las penurias y a las personas malas.
Aprender a moverse con tales obstáculos es una parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.
Herir a un oponente es herirte a ti mismo.
El Arte de la Paz es controlar la agresión sin producir daños.
Tan pronto como te ocupes del "bien" y el "mal" de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia.
Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota
En el Arte de la Paz no hay contiendas.
El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie.
Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente.
No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz.
El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse.
La vía del buda es hacer del corazón del universo nuestro propio corazón
Para practicar plenamente el arte del Aikido, debes calmar el espíritu y regresar al origen.
Limpiar el cuerpo y el espíritu removiendo malicia, egoísmo y deseo.
Sé siempre agradecido por los dones recibidos del Universo, tu familia, la Madre Naturaleza y tus semejantes los Seres Humanos
Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el arte de La Paz.
Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir.
Estas aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata.
La vía del buda es hacer del corazón del universo nuestro propio corazón
Para practicar plenamente el arte del Aikido, debes calmar el espíritu y regresar al origen.
Limpiar el cuerpo y el espíritu removiendo malicia, egoísmo y deseo.
Sé siempre agradecido por los dones recibidos del Universo, tu familia, la Madre Naturaleza y tus semejantes los Seres Humanos
Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el arte de La Paz.
Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir.
Estas aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata.
Alimenta La Paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres.
Todas las cosas materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia.
El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida.
El universo emergió y se desarrolló desde una fuente única,
y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo
de unificación y armonización.
El arte de La Paz es la medicina para un mundo enfermo.
Todas las cosas materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia.
El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida.
El universo emergió y se desarrolló desde una fuente única,
y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo
de unificación y armonización.
El arte de La Paz es la medicina para un mundo enfermo.
En el mundo existen el mal y el desorden porque la gente ha olvidado que todas las cosas emanan de una sola fuente.
Regresa a esa fuente y deja atrás todo pensamiento autocentrado,
todo deseo mezquino y toda ira.
todo deseo mezquino y toda ira.
Aquellos que son poseídos por la nada poseen todo.
Si no te has unido a la verdadera vacuidad, nunca comprenderás el arte de la paz.
El arte de La Paz funciona en todas las partes de la tierra,
desde la vastedad del espacio hasta la más pequeña planta
o hasta el más pequeño animal.
Si no te has unido a la verdadera vacuidad, nunca comprenderás el arte de la paz.
El arte de La Paz funciona en todas las partes de la tierra,
desde la vastedad del espacio hasta la más pequeña planta
o hasta el más pequeño animal.
La fuerza de la vida lo penetra todo y su fortaleza es ilimitada.
El arte de la paz nos permite percibir y recurrir a esa enorme reserva de energía universal.
Ocho fuerzas sostienen la creación:
Movimiento y quietud,
Solidificación y fluidez,
Extensión y contracción,
Unificación y división.
La vida es crecimiento.
Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente
somos tan útiles como cadáveres.
El arte de la paz es la celebración del enlace del cielo,
la tierra y la humanidad.
Es todo lo verdadero, lo bueno y lo bello.
Una y otra vez será necesario que te retires
entre las montañas profundas y valles ocultos
para restablecer tu lazo con la fuente de vida. Inspira y déjate llevar a los confines del universo;
espira y deja al cosmos regresar dentro de ti.
Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la tierra.
Por ultimo, combina el aliento del cielo
y el aliento de la tierra con el tuyo propio.
Transformándote en el aliento mismo de la vida.
Todos los principios del cielo y de la tierra están vivos dentro de ti.
La vida misma es la verdad y esto nunca cambiara.
Todo, en el cielo y en la tierra, respira.
La respiración es el hilo que ata la creación y la mantiene unida.
Cuando la miríada de variaciones de la respiración universal puede ser percibida, nacen las técnicas individuales del arte de la paz.
Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la tierra.
Por ultimo, combina el aliento del cielo
y el aliento de la tierra con el tuyo propio.
Transformándote en el aliento mismo de la vida.
Todos los principios del cielo y de la tierra están vivos dentro de ti.
La vida misma es la verdad y esto nunca cambiara.
Todo, en el cielo y en la tierra, respira.
La respiración es el hilo que ata la creación y la mantiene unida.
Cuando la miríada de variaciones de la respiración universal puede ser percibida, nacen las técnicas individuales del arte de la paz.
Considera el flujo y el reflujo de la marea.
Cuando las olas vienen a golpear la orilla, se alzan y caen provocando un sonido.
Tu respiración debería seguir el mismo patrón,
absorbiendo el universo entero en tu vientre con cada inhalación.
Debes saber que todos tenemos acceso a cuatro tesoros:
la energía del sol y de la luna, la respiración del cielo,
la respiración de la tierra y el flujo y el reflujo de la marea.
Aquellos que practican el arte de la paz deben proteger los dominios de la madre naturaleza, divino reflejo de la creación,
y mantenerla fresca y bella.
La calidad del guerrero da origen a la belleza natural.
Las técnicas sutiles de un guerrero surgen tan naturalmente
como aparecen la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
La calidad del guerrero no es otra cosa que
la vitalidad que sustenta toda la vida.
Cuando la vida es victoriosa, hay nacimiento;
cuando impedida, hay muerte.
El guerrero esta permanentemente
dedicado a una lucha de vida o muerte por la paz.
Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio.
Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad.
No desprecies la verdad que esta justo ante ti.
Observa como fluye el agua en el arroyo de un valle,
suave y libremente entre las rocas.
Aprende también de los libros sagrados
y de la gente sabia.
Cada cosa incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles-
debería ser tu maestro.
Crea cada día vistiéndote con cielo y tierra,
bañándote con sabiduría y amor y colocándote en el corazón de la madre naturaleza.
No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de la montaña
que fluye eternamente salpicando las rocas.
La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas.
El camino es como las venas que hacen circular la sangre
a través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida.
Si estas separado siquiera un poco de la esencia divina,
estas lejos del sendero.
Tu corazón esta lleno de semillas fértiles esperando brotar.
Del mismo modo que una flor de loto surge del todo
para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.
Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo del ciruelo.
El pino esta siempre verde, firmemente enraizado y es venerable.
El bambú es fuerte, resistente e inquebrantable.
El pimpollo de ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante.
El brillo penetrante de las espadas sostenidas por los seguidores del camino golpea al malvado enemigo escondido en el interior profundo de sus propios cuerpos y almas.
El arte de la paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin,
la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior.
En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un trueno,
sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo.
Clara como el cristal, aguda y brillante, la espada sagrada no admite sitio para alojar el mal.
El arte de la paz esta basado en cuatro grandes virtudes:
valor, sabiduría, amor y amistad, simbolizadas por el fuego, el cielo, la tierra y el agua.
La esencia del arte de la paz es limpiar tu ser de malicia,
armonizar con tu ambiente y despejar tu sendero de todos los obstáculos y barreras.
La única cura para el materialismo
es la limpieza de los seis sentidos
(ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente).
Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia.
Cuanto mas turbia la percepción, más se contaminan los sentidos.
Esto crea desorden en el mundo
y ese es el mal más grande.
Refina tu corazón, libera los seis sentidos
y déjalos funcionar sin obstrucciones,
y tu cuerpo y alma enteros brillaran.
Toda vida es una manifestación del espíritu.
La manifestación del amor y el arte de la paz
es la forma más pura de ese principio.
Un guerrero es responsable
de detener toda la discusión y toda lucha.
El amor universal funciona de formas diversas;
a cada manifestación se le debe permitir libre expresión.
El arte de la paz es verdadera democracia.
Todos y cada uno de los maestros, sin importar época o lugar
recibieron la llamada y alcanzaron la armonía con el cielo y la tierra. Hay muchos senderos que llevan a la cima del monte Fuji,
pero hay una sola cumbre: el amor.
La lealtad y la devoción hacen al valiente.
La valentía conduce al espíritu del sacrificio.
El espíritu de sacrificio genera confianza en el poder del amor.
El arte de la paz no se apoya en armas ni en la fuerza para triunfar:
en lugar de eso nos afinamos con el universo,
mantenemos la paz en nuestros ámbitos,
nutrimos la vida y evitamos la muerte y la destrucción.
El verdadero significado de la palabra samurai
es aquel que sirve y adhiere al poder del amor.
debería ser tu maestro.
Crea cada día vistiéndote con cielo y tierra,
bañándote con sabiduría y amor y colocándote en el corazón de la madre naturaleza.
No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de la montaña
que fluye eternamente salpicando las rocas.
La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas.
El camino es como las venas que hacen circular la sangre
a través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida.
Si estas separado siquiera un poco de la esencia divina,
estas lejos del sendero.
Tu corazón esta lleno de semillas fértiles esperando brotar.
Del mismo modo que una flor de loto surge del todo
para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.
Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo del ciruelo.
El pino esta siempre verde, firmemente enraizado y es venerable.
El bambú es fuerte, resistente e inquebrantable.
El pimpollo de ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante.
El brillo penetrante de las espadas sostenidas por los seguidores del camino golpea al malvado enemigo escondido en el interior profundo de sus propios cuerpos y almas.
El arte de la paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin,
la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior.
En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un trueno,
sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo.
Clara como el cristal, aguda y brillante, la espada sagrada no admite sitio para alojar el mal.
El arte de la paz esta basado en cuatro grandes virtudes:
valor, sabiduría, amor y amistad, simbolizadas por el fuego, el cielo, la tierra y el agua.
La esencia del arte de la paz es limpiar tu ser de malicia,
armonizar con tu ambiente y despejar tu sendero de todos los obstáculos y barreras.
La única cura para el materialismo
es la limpieza de los seis sentidos
(ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente).
Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia.
Cuanto mas turbia la percepción, más se contaminan los sentidos.
Esto crea desorden en el mundo
y ese es el mal más grande.
Refina tu corazón, libera los seis sentidos
y déjalos funcionar sin obstrucciones,
y tu cuerpo y alma enteros brillaran.
Toda vida es una manifestación del espíritu.
La manifestación del amor y el arte de la paz
es la forma más pura de ese principio.
Un guerrero es responsable
de detener toda la discusión y toda lucha.
El amor universal funciona de formas diversas;
a cada manifestación se le debe permitir libre expresión.
El arte de la paz es verdadera democracia.
Todos y cada uno de los maestros, sin importar época o lugar
recibieron la llamada y alcanzaron la armonía con el cielo y la tierra. Hay muchos senderos que llevan a la cima del monte Fuji,
pero hay una sola cumbre: el amor.
La lealtad y la devoción hacen al valiente.
La valentía conduce al espíritu del sacrificio.
El espíritu de sacrificio genera confianza en el poder del amor.
El arte de la paz no se apoya en armas ni en la fuerza para triunfar:
en lugar de eso nos afinamos con el universo,
mantenemos la paz en nuestros ámbitos,
nutrimos la vida y evitamos la muerte y la destrucción.
El verdadero significado de la palabra samurai
es aquel que sirve y adhiere al poder del amor.
Alberga y refina el espíritu del guerrero
mientras prestas tu servicio en el mundo;
ilumina el sendero de acuerdo con tu luz interior.
El sendero de la paz es extremadamente vasto;
refleja el propósito de ambos mundos,
el manifiesto y el oculto.
El guerrero es el templo viviente de lo divino,
el que esta al servicio de ese propósito.
Tu mente debería armonizar con el funcionamiento del universo;
tu cuerpo, con el movimiento del universo;
mente y cuerpo formando una unidad
que se unifica con la actividad del universo.
El entrenamiento diario en el arte de la paz
hace que tu divinidad interior brille cada vez más.
No te ocupes de lo bueno y de lo malo de los otros.
No estés haciendo cuentas, actúa con naturalidad,
mantén tu mente dirigida al arte de la paz
y no critiques otras enseñanzas o tradiciones.
El arte de la paz no restringe ni limita
ni pone trabas a ninguna cosa.
Lo abraza todo y todo lo purifica.
Practica el arte de la paz con sinceridad,
y los malos pensamientos y malas acciones
desaparecerán naturalmente.
El único deseo que debe permanecer
es la sed por capacitarse cada vez más en el Sendero.
Los que han alcanzado la iluminación
nunca cesan de trabajarse a si mismos.
La comprensión de tales maestros
no puede expresarse en palabras o teorías.
Las acciones mas perfectas son el eco de patrones
que se encuentran en la naturaleza.
El hierro esta lleno de impurezas que lo debilitan;
la forja lo transforma en acero y hace de el una espada filosa.
Los seres humanos se desarrollan del mismo modo.
El arte de la paz es el principio de la no resistencia,
porque no es resistente, cuenta desde el comienzo con la victoria.
Los que tienen malas intenciones o pensamientos pendencieros
son derrotados instantáneamente.
En el arte de la paz no hay contiendas.
El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie.
mientras prestas tu servicio en el mundo;
ilumina el sendero de acuerdo con tu luz interior.
El sendero de la paz es extremadamente vasto;
refleja el propósito de ambos mundos,
el manifiesto y el oculto.
El guerrero es el templo viviente de lo divino,
el que esta al servicio de ese propósito.
Tu mente debería armonizar con el funcionamiento del universo;
tu cuerpo, con el movimiento del universo;
mente y cuerpo formando una unidad
que se unifica con la actividad del universo.
El entrenamiento diario en el arte de la paz
hace que tu divinidad interior brille cada vez más.
No te ocupes de lo bueno y de lo malo de los otros.
No estés haciendo cuentas, actúa con naturalidad,
mantén tu mente dirigida al arte de la paz
y no critiques otras enseñanzas o tradiciones.
El arte de la paz no restringe ni limita
ni pone trabas a ninguna cosa.
Lo abraza todo y todo lo purifica.
Practica el arte de la paz con sinceridad,
y los malos pensamientos y malas acciones
desaparecerán naturalmente.
El único deseo que debe permanecer
es la sed por capacitarse cada vez más en el Sendero.
Los que han alcanzado la iluminación
nunca cesan de trabajarse a si mismos.
La comprensión de tales maestros
no puede expresarse en palabras o teorías.
Las acciones mas perfectas son el eco de patrones
que se encuentran en la naturaleza.
El hierro esta lleno de impurezas que lo debilitan;
la forja lo transforma en acero y hace de el una espada filosa.
Los seres humanos se desarrollan del mismo modo.
El arte de la paz es el principio de la no resistencia,
porque no es resistente, cuenta desde el comienzo con la victoria.
Los que tienen malas intenciones o pensamientos pendencieros
son derrotados instantáneamente.
En el arte de la paz no hay contiendas.
El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie.
Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente.
Herir a tu oponente es herirte a ti mismo.
Herir a tu oponente es herirte a ti mismo.
El arte de la paz es controlar la agresión sin producir daños.
Una buena postura refleja la actitud correcta de la mente.
La clave de la técnica es mantener manos,
pies y caderas derechos y centrados.
Si estas centrado, puedes moverte con libertad.
El centro de tu cuerpo es el vientre;
si tu mente también esta allí,
tienes la victoria asegurada en toda acción.
Si tu oponente te ataca con fuego,
responde con agua, hazte totalmente móvil y de libre fluir.
El agua, por su naturaleza, nunca choca con nada ni se quiebra.
Por el contrario, absorbe todo ataque y queda indemne.
Funcionando en armonioso conjunto, la derecha y la izquierda dan origen a todas las técnicas.
La mano izquierda se apodera de la vida y la muerte;
la mano derecha las controla.
Las cuatro extremidades del cuerpo
son los cuatro pilares del cielo, y se manifiestan las ocho direcciones, yin y yan, exterior e interior.
Las técnicas del arte de la paz no son rápidas ni lentas,
no están afuera ni adentro.
Están más allá del tiempo y del espacio.
El cuerpo debería ser triangular, la mente circular.
EL triangulo representa la generación de energía
y es la postura física mas estable.
El circulo simboliza serenidad y perfección,
la fuente ilimitada de técnicas.
El cuadrado representa la solidez, la base del control.
Si tu corazón es amplio como para abarcar a tus adversarios,
puedes ver a través de ellos y evitar sus ataques.
Una vez que los has abarcado, serás capaz de guiarlos
por el camino que el cielo y la tierra te han enseñado.
No encares este mundo con temor y rechazo.
Afronta con valor todo lo que los dioses ofrecen.
Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías;
dolor y placer; luz y oscuridad; crecimiento y decadencia.
Cada momento esta marcado con el gran propósito de la naturaleza;
no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.
El fracaso es la clave del éxito. Cada error nos enseña algo.
En situaciones extremas, el universo entero se transforma en nuestro enemigo; en momentos tan críticos, la unidad de mente y técnica es esencial: ¡no permitas que tu corazón titubee!
El arte de la paz es completar lo faltante.
Para poder iluminar el sendero es necesario estar preparado para recibir el noventa y nueve por ciento de ataque enemigo
y enfrentar el rostro de la muerte.
En nuestras técnicas entramos completamente,
nos mezclamos en totalidad y controlamos con firmeza un ataque.
La fuerza se encuentra cuando el ki es estable y esta concentrado;
la confusión y la malicia surgen cuando el ki se estanca.
Existen dos tipos de ki:
el ki mundano y el ki verdadero.
El ki mundano es pesado y denso;
el ki verdadero es liviano y versátil.
Para desempeñarte bien, debes liberarte de tu ki mundano
e impregnar tus órganos con ki verdadero.
Esta es la base de una técnica poderosa.
En el arte de la paz nunca atacamos.
Atacar es prueba de que uno esta fuera de control.
Nunca huyas de un desafió, pero no trates de eliminar o controlar a un oponente de manera antinatural.
Deja que los atacantes se acerquen del modo que quieran y mézclate con ellos.
Nunca persigas a un oponente.
Reorienta todo ataque y mantente firmemente atrás.
Al verme frente a él, el enemigo ataca, pero para ese momento, ya me encuentro firma y seguro detrás de él.
Continuamente los oponentes nos confrontan
pero no hay allí oponente alguno.
Entra profundamente en el ataque y neutralízalo
atrayendo la fuerza que va en dirección errada hacia tu propia esfera.
No mires fijamente los ojos de tu oponente: podría hipnotizarte.
No fijes tu mirada en su espada: podría intimidarte.
No enfoques la mirada en tu oponente: podría absorber tu elegía.
La esencia del adiestramiento
es atraer completamente a tu oponente dentro de tu esfera,
entonces podrás situarte donde desees.
Hasta el más poderoso de los seres humanos
tiene una esfera de fuerza limitada.
Sácalo de esa esfera y atráelo a la tuya:
su fuerza se disipara.
El verdadero arte de la paz es no sacrificar uno solo de tus guerreros para vencer al enemigo.
Derrota a tus enemigos manteniéndote siempre en una posición inatacable y a salvo; entonces, no habrá pérdidas en ningún bando.
El camino del guerrero, el arte de la política, es detener el conflicto antes de que se inicie.
Consiste en derrotar al adversario espiritualmente,
haciéndole ver la locura de su acción.
El camino del guerrero es establecer la armonía.
El arte de la paz puede resumirse así:
La verdadera victoria es la victoria sobre si. ¡Que ese día llegue con premura!
La “verdadera victoria” significa coraje temerario;
“victoria sobre si” simboliza esfuerzos sin titubeos,
y ¡Que ese día llegue con premura!
Representa el momento glorioso del triunfo en el aquí y ahora.
Arroja fuera de ti los pensamientos que te limitan
y regresa a la verdadera vacuidad.
Sitúate en el medio del gran vacío.
Este es el secreto del camino del guerrero.
Finalmente, debes olvidar las técnicas.
Cuanto mas progresas, menos enseñanzas hay.
El gran sendero verdaderamente es un no sendero.
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