viernes, 27 de julio de 2012

¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando leemos ?



Durante muchos años los neurocientíficos pensaron que la lectura estaba exclusivamente relacionada con las zonas clásicas para procesar el lenguaje: el área de Broca y de Wernicke. Sin embargo, hace muy poco hemos descubierto que leer es una experiencia mucho más compleja que involucra otras áreas del cerebro. Esto sugiere que para muchas personas la lectura es una experiencia particularmente vívida.

Usando las técnicas de neuroimagen funcional se ha podido descubrir que palabras como “lavanda”, “canela” y “jabón” no solo despiertan una activación de las áreas relacionadas con el procesamiento del lenguaje sino también de las zonas vinculadas a los aromas.

En un estudio realizado en el año 2006 se le pidió a las personas que leyeran una serie de palabras asociadas a aromas fuertes y otra serie de palabras neutrales. Mientras tanto, sus cerebros eran escaneados. Lo curioso fue que cuando los participantes leyeron palabras como “café” y “perfume” su córtex olfatorio se activó pero permaneció inalterable ante palabras como “silla” y “llave”.


Cuando las metáforas cobran vida

Aún ante estas evidencias, los neurocientíficos se mantenían en sus trece y continuaban afirmando que existían algunas metáforas tan comunes en el lenguaje popular (como por ejemplo, “un día duro”) que no despertaban ninguna activación particular en nuestro cerebro.

Sin embargo, en un estudio realizado en la Universidad de Emory se pudo apreciar un fenómeno muy curioso: cuando las personas leen metáforas que incluyen referencias a texturas, se activa el córtex sensorial.

En práctica, metáforas como: “el cantante tiene una voz de terciopelo” o “tenía manos curtidas por el trabajo”, despertaban las zonas de nuestro cerebro relacionadas con las sensaciones táctiles.


Otros descubrimientos

Estas investigaciones han motivado una serie de experimentos. Así, se ha podido descubrir que las palabras que se utilizan para describir los movimientos estimula las regiones del córtex motor. Incluso, se ha apreciado que se activan específicamente aquellas zonas relacionadas con el movimiento que se describe en la lectura.

Esto implica que nuestro cerebro no realiza una distinción tan importante como podríamos pensar entre la realidad y la ficción. Cuando el texto que leemos está lleno de adjetivos, ofrece descripciones muy precisas y posee numerosas metáforas, nuestro cerebro se estimula y esto nos hace vivir una experiencia de lectura mucho más gratificante. En práctica, sería como entrar en un mundo de realidad virtual.

Pero probablemente el resultado más interesante de todos se realizó en el 2009. Según esta investigación, las personas que suelen leer novelas de ficción se muestran más comprensivas y empáticas con las otras personas. Los investigadores piensan que esto se deba al hecho de que han desarrollado a través de la lectura una habilidad especial para ponerse en el lugar del otro y adoptar sus perspectivas, justo como lo hace con los personajes de ficción.


Fuentes:
Lacey, S. et. Al. (2012) Metaphorically feeling: comprehending textural metaphors activates somatosensory cortex. Brain Languaje; 120(3): 416-421.
Mar, R. A; Oatley, K. & Peterson, J. B. (2009) Exploring the link between reading fiction and empathy: Ruling out individual differences and examining outcomes. Communications; 34: 407-428.
Molnar-Szakacs, I. et Al. (2006) Observing Complex Action Sequences: The Role of The Fronto-Parietal Mirror Neuron System. NeuroImage; 33: 923-935.



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